Miguel Vila, de Podemos: «El 15M fue una inyección en vena de moral, ilusión y motivación»

21 May 2015 Álvaro Minguito

Elecciones: del 15M al 24M. Cuatro años de movilización política. Técnico superior de imagen, licenciado en derecho y a medias en Ciencia Política, Miguel Vila es responsable de la Secretaría Política en el Consejo Ciudadanao de la Comunidad de Madrid, y responsable de la producción audiovisual del partido a nivel estatal. Antes, participó en las movilizaciones contra la guerra de Irak en 2003 y fue miembro del Movimiento por una Vivienda Digna en 2006. Militó después en Izquierda Anticapitalista, participó activamente en la acampada del 15M, más tarde en la Asamblea del barrio de Lavapiés y en la plataforma Marea Ciudadana. ¿Qué estabas haciendo durante la manifestación del 15M de 2011? Estaba en la manifestación. ¿Cómo viviste el movimiento? Al principio me lo tome con cautela porque no me podía creer que estuviera pasando aquello, y menos aún de manera espontánea. Era más bien escéptico a la hora de pensar en el recorrido que pudiera tener. Esto me duró 2 días. A partir de la primera asamblea masiva, tras la segunda concentración multitudinaria, me deje llevar por la ilusión y me embriagué del movimiento. Fue una inyección en vena de moral, ilusión y motivación. Me hizo de alguna manera creer que el cambio era posible de verdad. Siempre lo había creído, pero claro... cuando llevas una larga travesía por el desierto y ves que la gente que tiene que protagonizar el cambio está como dormida, empiezas a pensar que la cosa esta lejos y que queda mucho desierto por recorrer. Y de pronto la cosa explota y la gente despierta, y lo que iba a ser una manifestación más, multitudinaria, sí, pero una más a fin de cuentas, se convierte en un movimiento de contestación social sostenido, espontáneo y cuyas reivindicaciones comparte un 80% de la población. Es una sensación que me cuesta incluso describir ahora mismo y que me produce escalofrios según la voy recordando. Es como una reconciliación con la gente, con tus iguales. Dejas de pensar que quizá estes loco para empezar a pensar que juntos somos capaces de todo. Ves que la gente estaba dormida y ha despertado y es maravilloso. Estoy realmente orgulloso de haber participado de aquello y me siento profundamente afortunado de haberlo podido ver, vivir y disfrutar. ¿Qué sentiste, qué te vino a la cabeza durante el grito mudo de la jornada de reflexión el 21 de mayo de 2011? Pensaba que no nos iban a dejar hacerlo. Pensaba que en cualquier momento iban a cargar y que iba a ser aquello una catástrofe. Veníamos de un par de semanas de acampada y movilizaciones en las que la policía estaba siendo muy dura, empleándose a fondo en las cargas que eran cada vez más bestias y deteniendo a un montón de gente cada día. Esto me hacía estar de alguna manera...un poco alerta, pero a la vez me sentía seguro, protegido entre la gente; éramos aquel día miles de personas, o cientos de miles, no lo sé, pero la plaza estaba a rebosar, no te podías mover. La sensación que predominaba en mí era de ilusión. Mezclada con dignidad... y poder, poder del pueblo, capaz de enfrentarse al poder establecido, desafiarle y vencerle. En definitiva, me sentía pletórico en aquel momento. Ese día, bueno, al día siguiente más bien, El País sacó una foto en la portada de la sección de Madrid en la que salía yo esparadrapo en boca y con las manos en alto. Fue tema de conversación entre mis jefes durante varias semanas, y no precisamente hablaban de ello para elogiar mi compromiso social -trabajaba por aquellas en el Canal Parlamento, en el Congreso de los Diputados-. Pero bueno, esto no deja de ser una anécdota. ¿Votaste el 22M de 2011? Sí, voté. ¿A quién? A Izquierda Unida, creo recordar, porque IA no se presentaba y no existía Podemos... ¿Lo volverías a hacer? ¿Votar a IU? No, creo que no volveré a votar a IU... ¿En qué has cambiado, personalmente, desde entonces? En muchas cosas. Han pasado 4 años pero parece que hubieran pasado 20. He crecid