Concentración antifascista frente a la embajada de Estados Unidos en Madrid en solidaridad con la resistencia del Donbáss
 25 Jul 2014 Adolfo Luján 
Madrid, 26 de julio de 2014. Varias decenas de personas se han concentrado este viernes frente a la embajada de Estados Unidos en la madrileña calle Serrano bajo el lema ‘Contra el fascismo y el imperialismo, apoyemos la resistencia antifascista del Donbáss’. La protesta ha sido convocada por el Comité de Apoyo a la Ucrania Antifascista de Madrid, un colectivo creado hace pocos meses “para denunciar lo que está sucediendo en el sureste de Ucrania”, según afirman en su manifiesto.   Quieren mostrar su solidaridad con el este de Ucrania y “su apoyo a la lucha antifascista de Donetsk y Lugansk”, además de “evidenciar las barbaridades cometidas por un ejército en manos de un gobierno nazi” que, aseguran, “utiliza incluso la simbología neonazi del ejército insurgente ucraniano surgido durante la Segunda Guerra Mundial (UPA)”, explica uno de los convocantes.   Sostienen que ‘el maidán’ fue “un golpe nazi encubierto, auspiciado por la OTAN y Estados Unidos, que tienen intereses en la zona” y denuncian “la invisibilidad en los medios” de lo que aseguran es “una auténtica guerra civil en la que se libran combates diarios”.   Además, protestan contra la “matanza de antifascistas en el este de Ucrania” y contra la ilegalización del Partido Comunista Ucraniano, aprobada en la Rada (el parlamento ucraniano) el pasado día 22, y la “persecución y asesinato de sus miembros”, añade.   Durante la protesta han exhibido unas fotografías de la masacre de Odesa, portadas por Alexander Naumov, un activista antifascista procedente de la ciudad Ucraniana que está recorriendo estos días las principales capitales europeas con el objetivo de “mostrar a los europeos la tragedia que ocurrió en Odesa y difundir la verdad de lo que está sucediendo en el Sureste de Ucrania”.   En referencia a lo sucedido el pasado 2 de mayo, Naumov relata como “un grupo de manifestantes contrarios a la junta de Kiev fueron encerrados y masacrados en la Casa de los Sindicatos de Odesa por un sector de la derecha ucraniana”. Denuncia además que las víctimas mortales del ataque no fueron 48, como dicen los documentos oficiales, sino más de 100, y que “no murieron ahogados por inhalación de humo en el tercer piso, como quiere hacer creer el gobierno porque una vez en la morgue sus familiares descubrieron que tenían disparos en la cabeza”.   Por ello pide que se lleve a cabo una investigación “oficial y objetiva de lo sucedido y que no se culpe de ello a los prorusos”. Critica además que el gobierno ucraniano se refiera a ellos como “prorusos, separatistas o terroristas” y asegura son “ciudadanos de su propio país, que no quieren la escisión de Ucrania ni la unión con Rusia” pero tampoco “vivir en la situación actual, en la que tienen prohibido hablar el idioma de sus tatarabuelos (el ruso), hasta hace poco un idioma oficial en Ucrania”.   “Ahora, en el oeste de Ucrania, se consideran héroes a quienes, durante la invasión nazi, lucharon con Hitler y formar parte del ejército nazi. En el este y el sur no se acepta a esos héroes”, añade y concluye afirmando que “el movimiento popular de Kiev fue utilizado y muchos de los manifestantes ucranianos contrarios a la integración en Europa están ahora decepcionados y asustados con el camino seguido por la junta y se sienten utilizados”.

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