Podemos alerta de que el TTIP “es un golpe de estado encubierto por parte de las grandes corporaciones”
19 Nov 2014
Dani Gago
Madrid, 20 de noviembre de 2014. Una charla-debate sobre el TTIP organizada por el Círculo de Cooperación Internacional de Podemos ha analizado esta tarde en Madrid los posibles efectos políticos, sociales y económicos de la firma del acuerdo Transatlántico de Libre Comercio e Inversión (TTIP por sus siglas en inglés) entre la Unión Europea y Estados Unidos.
El acto, que se enmarca en la campaña informativa 'Desmontando el TTIP' que están llevando a cabo distintos colectivos sociales, ha contado con la presencia de Lola Sánchez Caldentey, eurodiputada de Podemos y miembro del Comité de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, Gonzalo Donaire, del equipo de la también eurodiputada de Podemos Teresa Rodríguez, Soledad Sánchez, coordinadora de ATTAC España, Luis Rico de Ecologistas en Acción y Rafael Alegría, coordinador de Vía Campesina y miembro del Partido Libre en Honduras.
Rafael Alegría ha sido el primero en intervenir en el debate y lo ha hecho para relatar la experiencia latinoamericana, donde tratados de libre comercio con Estados Unidos que Alegría asegura “son muy similares a éste” llevan ya funcionando una década. “Nos dijeron que los acuerdos generarían empleo y atraerían inversión extranjera, pero lo que se ha producido es una aceleración de la pobreza que hoy alcanza en Honduras al 60% de la población”, lamenta. “Nos impusieron el trabajo temporal y por horas, se violaron sistemáticamente los acuerdos de la OIT y ya no se pueden negociar ni los contratos ni los despidos”, explica Alegría y recuerda que la situación es incluso peor en el campo donde “el sector agrícola está completamente desarticulado. “Los que crean que España, por estar en el primer mundo, es capaz de resistir al acuerdo, se equivoca”, ha concluido Alegría.
Precisamente en este sentido señalaba la coordinadora de ATTAC Soledad Sánchez, que “el perdedor de este acuerdo, que es entre dos grandes potencias, es la ciudadanía a ambos lados del Atlántico”. Sánchez ha analizado dos de “los mecanismos perversos que se esconden tras el TTIP”, y que son la cláusula de resolución de conflictos entre inversores y estados (ISDS) y la llamada “Comisión de Cooperación Reguladora”.
La primera, ha explicado, es la que permite a una empresa inversora denunciar a un estado cuando éste apruebe una ley o adopte una medida que haga disminuir los beneficios de la empresa o, aún sin necesidad de producirle pérdidas, pueda rebajar sus previsiones. Y “lo más grave de todo”, alerta, es que, “en vez de ir a los tribunales ordinarios”, la corporación acudiría a un tribunal de mediación privada, “teóricamente independiente” pero que no responde a ningún tribunal superior “ni a ninguna legislación distinta a la contenida en el propio tratado” y que “está compuesto por muy pocas personas que manejan millones en indemnizaciones”.
Respecto a la llamada Comision de Cooperacion Reguladora, ha dicho Sánchez “se basa en la idea de equilibrar las normas” de ambas regiones pero, alerta, “afecta a leyes de todo tipo y de todos los ámbitos que pudieran interponerse en la obtención de beneficios de las empresas multinacionales que serían las que acabarían dictando la normativa”.
Luis Rico, por su parte, ha tratado de desmontar “los mitos” sobre crecimiento y creación de empleo que, denuncia, “repiten desde la Comisión Europea” y que, asegura, “están basado en un modelo inválido que supone que en Europa hay pleno empleo y que es el mismo que no supo predecir la crisis que atravesamos ahora”. Rico ha destacado además los riesgos medioambientales de la firma del tratado y ha insistido particularmente en la sustitución del Principio de Precaución por el que nos regimos en Europa –y que obliga a una empresa a demostrar que su producto o servicio no es dañino para nuestra salud como paso previo a su comercialización– por la Ciencia Fundada estadounidense que exige que sea el estado quien demuestre que un producto es nocivo una vez haya salido
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