Sergi Bernal presenta en Blanquerna ‘Desenterrando el silencio. Antoni Benaiges: El maestro que prometió el mar’
 24 Jun 2014 Álvaro Minguito 
Madrid, 24 de junio de 2014. Arropado por Jaime Ruiz, presidente de la Asociación de la Memoria Social y Democrática AMESDE, Miguel Ángel Martínez, presidente de la asociación de familiares de desaparecidos en los montes de La Pedraja (Burgos) y la historiadora Mirta Nuñez, el fotógrafo Sergi Bernal ha presentado en el Centro Cultural Blanquerna el libro ‘Desenterrando el silencio. Antoni Benaiges: El maestro que prometió el mar’.   La obra, un relato que dignifica a las personas desaparecidas por la dictadura franquista, revela la historia de un joven maestro de origen catalán asesinado en La Pedraja el 25 de julio de 1936 cuando ejercía en la escuela de Bañuelos de Bureba, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos.   Hasta allí se había desplazado Bernal a fotografiar la exhumación de una fosa de la guerra civil cuando, fruto de la casualidad, una persona mayor que se acercó a la zona dijo “ahí debe de estar el maestro de mi pueblo”.   A partir de ese momento, los testimonios de antiguos alumnos y conocidos y los textos editados por el maestro en la propia escuela han hecho posible la reconstrucción de una historia que, señala Bernal, “a punto estaba de borrarse por completo”.   Una historia que desprende amor por la enseñanza y la libertad de pensamiento y que refleja el espíritu de las escuelas republicanas de los años 30 a través de la figura de Benaiges, un maestro en un pueblo “sin luz, sin agua y sin carreteras” pero que creyó en el empoderamiento de los alumnos, fue pionero en la implantación del método Freinet –y también uno de sus primeros mártires– y logró dotar a la escuela de una imprenta propia.   “Benaiges consiguió que sus escritos viajaran por medio mundo”, cuenta Bernal, que relata como los cuadernos que los propios alumnos imprimieron en la escuela viajaron por toda España y llegaron a Francia, Cuba e incluso Méjico, “pero esa no es la historia que recogen hoy los documentos oficiales”, insiste. Porque Bernaiges, “además de ser uno de los primeros asesinados en 1936, ha sido víctima de un expediente de depuración que borró su memoria”, explica el fotógrafo.   La fosa que dio origen al proyecto, exhumada en el verano de 2010 gracias al esfuerzo de la asociación de familiares de desaparecidos en los montes de La Pedraja, contenía los restos de un total de 104 personas que “guardaban la misma posición que cuando fueron asesinados en 1936. Conservaban sus objetos personales, sus ropas y hasta las balas con que habían sido disparados”, describe Miguel Ángel Martinez, presidente de la asociación. “Yo escogí esta historia, pero allí había otras 103 historias más que nos tienen que hacer reflexionar”, añade Bernal.

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