Cientos de personas se concentran en Malasaña para evitar el desalojo del Patio Maravillas
 19 Mar 2015 Álvaro Minguito 
Madrid, 20 de marzo de 2015. Este viernes se cumplía el plazo dado por el ayuntamiento para “vaciar” voluntariamente el madrileño Patio Maravillas, desde hoy -20 de marzo- en peligro de inminente desalojo. La amenaza de una posible intervención de la Policía Nacional que obligase a los más de 30 colectivos que participan en el centro social a abandonar el edificio ha reunido a sus puertas a más de medio millar de personas que se han concentrado esta mañana en el número 21 de la calle Pez para defender el espacio y evitar su desalojo.   Los colectivos que gestionan el centro habían llamado a participar en un “Stop Desahucios” a las 08:00 de la mañana, y a la convocatoria han acudido puntualmente multitud de activistas, usuarios, vecinos y simpatizantes, entre otros el candidato a las primarias de Ahora Madrid Mauricio Valiente, el exconcejal de IU Jorge García Castaño o el portavoz del Sindicato Andaluz de los Trabajadores (SAT) Diego Cañamero.   Las más de 500 personas reunidas frente al Patio han participado de un ‘desayuno reivindicativo’ en forma de chocolate con churros que ha mantenido la calle Pez prácticamente cortada al tráfico durante gran parte de la mañana. Defienden así la pervivencia en el barrio de “un proyecto social con más de siete años de trabajo y participación en la ciudad” que, denuncian, el Ayuntamiento de Madrid quiere cerrar “como parte de una campaña contra los centros sociales lanzada por la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, como medida electoralista” y como parte de “un proceso de gentrificación del Centro de Madrid que conlleva la expulsión de sus vecinos”.   Hacía las 10:00 de la mañana han hecho su aparición en los alrededores del edificio 5 furgonetas de la Unidad de Intervención de la Policía Nacional (UIP), que ha informado a los portavoces del centro de que no iban a proceder al desalojo. La noticia ha sido bien recibida por los asistentes que alertaban, sin embargo, de que el peligro de un desalojo forzoso es inminente. “Pueden intentarlo de nuevo en cualquier momento sin avisar”, protestaba una de las activistas del centro.

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