“Un fusil no vale nada si no hay un pico junto a él”
 13 Dec 2014 Álvaro Minguito 
Con el lema 'Un fusil no vale nada si no hay un pico junto a él: 'Gasteiz at war', se encabezaba el cartel del I Congreso Internacional sobre Arqueología de la Guerra Civil Española, celebrado entre el 9 y el 13 de diciembre de 2014  en el Aula Magna de la Facultad de Letras de Vitoria-Gazteiz. Durante una semana, y coordinados por Xurxo M. Ayán, arqueólogo gallego e investigador de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), un nutrido grupo de especialistas ha participado en las jornadas para ir conformando una imagen general de las investigaciones arqueológicas sobre la guerra civil española. Francisco Etxeberria, médico forense de la UPV/EHU y presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi; Alfredo González Ruibal, investigador en el INCIPIT-CSIC; Carlos Marín Suárez, profesor en la Universidad de la República de Montevideo (Uruguay), o Emilio Silva Barrera, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria histórica, han sido  algunos de los muchos ponentes de las jornadas, en las que se han desarrollado distintos procesos científicos, sociales e institucionales que tratan de sacar a la luz una parte de nuestra historia sistemáticamente silenciada desde 1939. El pasado viernes, una vez finalizadas las sesiones en el Aula Magna, Ayán ofreció a los participantes en el encuentro una visita guiada por la ciudad. De esta forma, recorrieron diversos puntos de interés arquitectónico y social, como la Biblioteca del Campus de Álava, antiguo Asilo de Las Nieves -psiquiátrico de la ciudad erigido por los Marqueses de Urquijo-, abandonado hasta el año 2002. Alguno de los presentes recordó haberlo visitado en ruinas, "cuando aún había manchas de sangre en las paredes de sus habitaciones". Entre esas mismas pareces, se fundó en 1983, como parte de la terapia de desintoxicación de sus miembros, el grupo de punk Cicatriz. Punto del recorrido fue también el lugar en el que Fernando Buesa, dirigente del Partido Socialista de Euskadi (PSE) fue asesinado en el año 2000. Después pasearon por Ciudad Jardín, barrio victoriano de arquitectura neovasca y sede de la alta burguesía y del gobierno vasco. Más adelante se visitaron otras partes de la ciudad donde el legado arquitectónico fascista posterior a la guerra civil aún hoy está presente. No faltó tampoco el recuerdo a las víctimas del franquismo, junto al monumento erigido en su memoria. Como colofón al Congreso, viajaron hasta Bizkaia, para visitar los restos del “Cinturón de Hierro”. Trincheras, alambradas, refugios y fortificaciones de hormigón conformaban una gigantesca obra defensiva, con un perímetro de cerca de 80km, que fue construida a partir de 1936 para defender la ciudad de Bilbao de la amenaza de las tropas sublevadas franquistas. En la zona de Ugao-Miraballes la comitiva fue “sorprendida" por un grupo de gudaris de la 3ª Sección del Batallón Loyola, perteneciente a la Compañía Bergara. Este tipo de recreaciones, llevadas a cabo periódicamente por una asociación de vecinos de la zona, buscan preservar de forma rigurosa tanto los restos del cinturón defensivo como el modo en el que allí se desarrollaron los acontecimientos.   Por la tarde, la visita continuó en Berango. La explicación del recorrido corrió a cargo de un miembro de la asociación Sancho de Beurko, y además de visitar algunas trincheras y nidos de ametralladora, los participantes en las jornadas acudieron al Centro de Interpretación del Cinturón de Hierro, donde se conservan distintos materiales. Desde monedas, carnets o prensa de la época, hasta maniquíes"con la moda de la época de los gudaris, importada a través del cine, como las llamadas cazadoras de cuero, porque eran las que usaban los pilotos de los cazas, o canadienses, más baratas, de cuadros”.

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