"El Antidisturbios" se cuela en el Teatro Galileo
 01 Nov 2014 Juan Zarza 
Madrid, 2 de noviembre de 2014.El Teatro Galileo acoge, cada jueves a las 22:30, hasta el próximo 20 de noviembre la obra “El Antidisturbios”, una creación de Félix Estaire, -de la compañía Teatro de Acción Candente-, dirigida por Patricia Benedicto e interpretada por Lucía Barrado y Eugenio Gómez. Esta obra dramática, que ya fue interpretada a principios de año en el Teatro del Arte, en el madrileño barrio de Lavapiés, lleva al escenario el debate acerca del papel de la Unidad de Intervención Policial (UIP) en lo que se refiere a las protestas sociales. De hecho, la organización ha ofrecido diez entradas gratuitas en cada función para los agentes de la UIP que así lo acrediten en la entrada.   No obstante, su guionista, Félix Estaire, que cuenta en su haber con la autoría de obras como Materiales en Construcción, FARO, una luz gira y un cuello se parte, o Los Hortelanos (son unos perros), asegura que no pretende denunciar la actividad de la UIP, sino "propiciar un espacio de reflexión en torno a la cuestión de la violencia legal que el Estado utiliza a través de sus Cuerpos de Seguridad". Para trabajar el guión, que pretende un acercamiento del espectador a la realidad de un funcionario de policía antidisturbios en su vida personal, el autor ha estado en contacto con miembros de las UIP con los que ha podido intercambiar impresiones.   La línea argumental, con un marcado carácter psicológico, gira en torno a la obediencia ciega de la que deben hacer gala estos funcionarios y las consecuencias que puede tener en sus vidas el no haber pensado de forma autónoma en su trabajo. El agente 1245 de la UIP, protagonista de la representación, adopta la actitud de demiurgo. Un personaje que puede poner orden en el caos y que al hacerlo entra en conflicto con sus relaciones familiares. La narrativa de la obra recurre al uso de los saltos temporales, habituales en el lenguaje cinematográfico actual.   A lo largo de la obra, el espectador recibe pinceladas sobre cuestiones como el terrorismo de Estado, el corporativismo y encubrimiento de los policías ante las irregularidades de sus compañeros o las falsas denuncias a los activistas. Mayor aún es la relevancia que la obra presta a la constante presencia de cámaras de vídeo en las manifestaciones por parte de los profesionales de la prensa y de los manifestantes, que se convierten en un elemento imprescindible en el desarrollo argumental y estético de la obra.

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